¿Por qué no tomo la iniciativa en el sexo?

¿Eres de esas chicas que no consigues tomar jamás la iniciativa? Y en realidad no tienes ni la más remota idea de por qué, ¿verdad? Te dices a ti misma: “Quizá soy pasiva… o la timidez no me deja tomar las riendas en mis relaciones….”, y ahí sigues, con la espinita clavada.

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Las principales excusas que nos ponemos es que ellos siempre tienen más ganas (¡mentira!, ¿o no?) o están más dispuestos y, de algún modo, tiramos la pelota a su terreno entre sábanas y luego la jugada nos explota en la cara, ¿verdad?

Pero la realidad es que solemos tener muy mal entendido lo de tomar la iniciativa… ¿Qué tenemos en mente si no es tocar, acariciar, verbalizar o lanzar mensajes hot por toda la habitación? ¡Pero tomar la iniciativa también puede guiar la acción, inducir una postura, y muchas cosas! Eso significa, lencería, películas, poses… o cualquier opción que se nos ocurra.

En realidad, si quieres quitarte la espina, lo mejor es que empieces con ello paso a paso. Para empezar, quítate de la cabeza que la iniciativa depende del género, y que a los chicos solo le gusta una chica sumisa y que se deje hacer: ¡también les encanta que tomemos las riendas!

Si no lo hemos hecho nunca hasta ahora, verbalizar y comunicarse con nuestra pareja sobre lo que nos gustaría probar, lo que nos excita, lo que surge de forma espontánea… Todo ello es la mejor forma de sacar partido a la iniciativa; ¡piensa que la iniciativa es, sobre todo, creatividad y deseo!

Plantéatelo como un aprendizaje de varios pasos: no empezarás guiando una sesión maratoniana de sexo con tu pareja de principio a fin (sobre todo si siempre has dejado que sea la otra persona quien guíe la acción), pero sí pondrás tus pequeños detalles, acogerás los cambios, propondrás cosas… y poco a poco eso hará que la acción y la iniciativa pasen del uno al otro.

Por supuesto, cada persona tiene su personalidad, y esta actúa como factor básico en la toma de iniciativas en cualquier terreno (¡también en el sexo!), por ello, cuanto más tímidas seamos, más importante será buscar todo tipo de posibilidades: música, juegos, sorpresas, aromas, otros lugares…

Lo único importantísimo es tener presente que, en una relación sana, la espontaneidad y la iniciativa se comparten, y que si un hombre nos limita nuestra creatividad y a nosotras mismas (eso sí, ¡mucho ojo, chicas, no hay que confundir limitar la creatividad con imponer una práctica que la otra persona no quiere hacer!) lo mejor es hablar claro y exponer la situación.

Así que un último consejo, ¿vale? Disfruta, prueba y, sobre todo, practica: ¡esa es la mejor forma de conocer a nuestra pareja y nuestra sexualidad!